Un jubilado neoyorquino ha gastado unos 140 mil dólares en colocar anuncios por toda la Gran Manzana advirtiendo de que el fin del mundo acontecerá el próximo 21 de mayo, cuando está convencido de que un poderoso terremoto provocará el caos en todo el planeta.


Robert Fitzpatrick, que trabajaba en el servicio de transporte público de Nueva York, ha llenado numerosos vagones del metro neoyorquino y marquesinas de autobús con unos mil apocalípticos carteles en los que comunica a la humanidad que el día del juicio final se producirá el sábado de la próxima semana.
El despliegue en los vagones del tren le ha costado alrededor de 90 mil dólares, mientras que los carteles en las marquesinas supera los 50 mil dólares. Esa cantidad de dinero son todos sus ahorros.
"¡Terremoto global! El mayor de todos los tiempos. Día del juicio final: 21 de mayo", rezan los carteles publicitarios en cuestión, que además muestran la esfera de un reloj a punto de marcar las doce sobre una fotografía de un paisaje nocturno de Jerusalén y un versículo bíblico.

Este neoyorquino empezó a creer en la fatídica profecía cuando conoció al grupo cristiano evangélico Family Radio, cuyo pastor Harold Camping realiza predicciones usando cálculos numerológicos y asegura que quien crea en el apocalipsis y advierta de que se avecina será salvado y llevado junto a Dios.

Camping llegó a la conclusión de que el fin del mundo se producirá el 21 de mayo de 2011 tras supuestamente estudiar la Biblia y porque, según dice, es exactamente 7.000 años después de que Noé se salvara del Diluvio Universal.

"La Sagrada Biblia da más pruebas increíbles de que el 21 de mayo de 2011 es exactamente el momento del Juicio Final", cuenta la página web del grupo, que también ha colocado decenas de vallas publicitarias en otras ciudades de Estados Unidos y Canadá con la profecía.