La marcha del silencio contra la violencia convocada por el poeta Javier Sicilia concluyó este domingo en México con un llamado a boicotear las elecciones generales de 2012 si los partidos no se depuran de miembros sospechosos de tener vínculos con el crimen.
En la concentración en el Zócalo (plaza central) capitalino, que reunió a más de 85.000 personas según cifras de la alcaldía, se observó tras los discursos cinco minutos de silencio por la paz y contra la violencia por el narcotráfico que ha dejado casi 40.000 muertos desde 2006, constató la AFP.
Sicilia, padre de un joven que en marzo pasado fue asesinado junto con seis personas en los suburbios de Cuernavaca, pronunció el discurso final del mitin, en el que arremetió contra los partidos políticos, a los que consideró corresponsables de la violencia y a los que amagó con un boicot en 2012, cuando se elige presidente y se renueva al poder Legislativo.
"No aceptaremos ni una elección más si antes los partidos políticos no logran depurar sus filas a los que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen (...) para que los mexicanos no tengamos que decidir por cuál cartel o por cuál poder fáctico vamos a votar", dijo.
Sicilia inició la marcha, con la consigna del silencio, el pasado jueves desde Cuernavaca junto con unas 500 personas, que lo acompañaron a lo largo de 90 km hacia Ciudad de México, donde se sumaron decenas de miles.
En su discurso, Sicilia demandó la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y cuestionó al presidente Felipe Calderón por ordenar el despliegue de más de 50.000 militares en distintos puntos del país para combatir al narcotráfico, lo que, dijo, ha añadido "más confusión" al escenario de violencia.
"Que nos expliquen el porqué de esta guerra absurda que nos ha costado más de 40.000 víctimas y millones de mexicanos abandonados al riesgo y la incertidumbre", dijo Sicilia.
Olga Reyes, de una familia de activistas de Chihuahua que han sido asesinados, leyó el denominado "pacto nacional contra la violencia", promovido por Sicilia y distintas organizaciones civiles y que se firmará en junio próximo en Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México.
El pacto demanda a Calderón poner fin a "la estrategia de guerra y el enfoque militarista de la seguridad publica y asumir una estrategia ciudadana con visión de derechos humanos y sin intervención del Ejército en labores policiales".
También se emplaza al gobierno a presentar en un plazo de tres meses a los autores intelectuales y materiales de algunos de los "casos emblemáticos que han lastimado a la sociedad", entre ellos el del activista finlandés Jyri Antero Jaakkola, quien murió en abril de 2010 baleado por un presunto grupo paramilitar en Oaxaca.
Visiblemente emocionada, Reyes leyó una interminable lista de víctimas de la violencia, que incluyó al hijo de Sicilia y a sus seis acompañantes. Tras cada nombre, la multitud respondía "¡no debió morir!".
En diálogo con la AFP previo a la manifestación, Sicilia admitió que si bien muchos mexicanos no quieren que el Ejército siga en las calles no es posible regresarlo de inmediato a sus cuarteles.
"Seguridad Nacional no sólo es sacar las tropas a las calles, son muchas cosas más. Tampoco podemos devolver al Ejército de la noche a la mañana (...). Tenemos que sentarnos a pensar la estrategia, porque la que se ha utilizado hasta ahora está equivocada y ha terminado por producir 40.000 muertos", manifestó.
Más manifestaciones de apoyo se realizaron este fin de semana en unas 30 ciudades.
En la concentración en el Zócalo (plaza central) capitalino, que reunió a más de 85.000 personas según cifras de la alcaldía, se observó tras los discursos cinco minutos de silencio por la paz y contra la violencia por el narcotráfico que ha dejado casi 40.000 muertos desde 2006, constató la AFP.
Sicilia, padre de un joven que en marzo pasado fue asesinado junto con seis personas en los suburbios de Cuernavaca, pronunció el discurso final del mitin, en el que arremetió contra los partidos políticos, a los que consideró corresponsables de la violencia y a los que amagó con un boicot en 2012, cuando se elige presidente y se renueva al poder Legislativo.
"No aceptaremos ni una elección más si antes los partidos políticos no logran depurar sus filas a los que, enmascarados en la legalidad, están coludidos con el crimen (...) para que los mexicanos no tengamos que decidir por cuál cartel o por cuál poder fáctico vamos a votar", dijo.
Sicilia inició la marcha, con la consigna del silencio, el pasado jueves desde Cuernavaca junto con unas 500 personas, que lo acompañaron a lo largo de 90 km hacia Ciudad de México, donde se sumaron decenas de miles.
En su discurso, Sicilia demandó la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y cuestionó al presidente Felipe Calderón por ordenar el despliegue de más de 50.000 militares en distintos puntos del país para combatir al narcotráfico, lo que, dijo, ha añadido "más confusión" al escenario de violencia.
"Que nos expliquen el porqué de esta guerra absurda que nos ha costado más de 40.000 víctimas y millones de mexicanos abandonados al riesgo y la incertidumbre", dijo Sicilia.
Olga Reyes, de una familia de activistas de Chihuahua que han sido asesinados, leyó el denominado "pacto nacional contra la violencia", promovido por Sicilia y distintas organizaciones civiles y que se firmará en junio próximo en Ciudad Juárez, considerada la localidad más violenta de México.
El pacto demanda a Calderón poner fin a "la estrategia de guerra y el enfoque militarista de la seguridad publica y asumir una estrategia ciudadana con visión de derechos humanos y sin intervención del Ejército en labores policiales".
También se emplaza al gobierno a presentar en un plazo de tres meses a los autores intelectuales y materiales de algunos de los "casos emblemáticos que han lastimado a la sociedad", entre ellos el del activista finlandés Jyri Antero Jaakkola, quien murió en abril de 2010 baleado por un presunto grupo paramilitar en Oaxaca.
Visiblemente emocionada, Reyes leyó una interminable lista de víctimas de la violencia, que incluyó al hijo de Sicilia y a sus seis acompañantes. Tras cada nombre, la multitud respondía "¡no debió morir!".
En diálogo con la AFP previo a la manifestación, Sicilia admitió que si bien muchos mexicanos no quieren que el Ejército siga en las calles no es posible regresarlo de inmediato a sus cuarteles.
"Seguridad Nacional no sólo es sacar las tropas a las calles, son muchas cosas más. Tampoco podemos devolver al Ejército de la noche a la mañana (...). Tenemos que sentarnos a pensar la estrategia, porque la que se ha utilizado hasta ahora está equivocada y ha terminado por producir 40.000 muertos", manifestó.
Más manifestaciones de apoyo se realizaron este fin de semana en unas 30 ciudades.
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